5/10/09

OTOÑO - I

Llegó el otoño...

De un frondoso árbol ha caído la primera hoja, recuerdo que hace tan sólo tres minutos, la misma hoja seguía prendida de una frágil rama, de repente, sin motivo alguno, se separó de aquella débil extensión del tronco en la cual se sentía tan segura; estando allá arriba era imposible que los pies de algún niño la pisaran, estando arriba parecía tan tranquila, ¿Cómo sé yo eso?, porque la he observado desde su nacimiento hasta ahora; observé su caída, era lenta, insegura, planeaba en el aire como si tratase de evitar la llegada al suelo. Miraba la rama con angustia, después volteaba hacia el suelo de manera temblorosa...

Es irónico que ésta haya sido la primera hoja en atreverse a dejar el árbol, decidida a enfrentarse a un mundo desconocido para sus ojos; es irónico, sin embargo, es natural, es una acción que se presenta segundo a segundo, que vemos pero no observamos, o tal vez sí observamos pero no nos sorprende...

¿Cómo es que hemos perdido la capacidad de sorprendernos? Trato de analizar esta pregunta y relacionarla con esta escrito, sin embargo, sólo he logrado confundir mis ideas, de manera que no seré yo quien responda a esta pregunta ahora, pero tampoco hay que olvidarla.


La hoja, finalmente, toca el suelo, mira con cierta expectación todo su entorno, duda de su futuro, ya caída no hay marcha atrás. ¿Qué sigue ahora? no lo sé, la hoja espera, incierta el siguiente segundo de cada instante...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Quejas? ¿Sugerencias? ¿Mentadas de madre? Con toda confianza utiliza el buzón, también se aceptan cartitas a Santo Clos y Los Santos Reyes

Diiiicen que les interesa lo que escribo