De lo que hace algunos meses veía yo como un frondoso árbol, queda ahora un trozo de madera.
Estando a punto de retirarme, descubrí la importancia de las ramas, misma que es definida por la palabra “equilibrio”, ya que éstas sostenían y resguardaban las hojas mencionadas con anterioridad; estaban cuidadosamente distribuidas para que cada una pudiera resaltar su belleza y su fealdad, para así proyectarse según la esencia indicaba.
La organización era extraña, sin embargo lógica; la hermosura se complementaba con lo grotesco, la alegría con lo apático, sólo de esa manera pudo lograrse la armonía que irradiaba el árbol. Después de todo, su esencia está formada a base de cambios y así logra su crecimiento.
Ahora que las ramas están desnudas, ellas y el árbol mismo han perdido todo sentido. Dejaron de ser...
Estando a punto de retirarme, descubrí la importancia de las ramas, misma que es definida por la palabra “equilibrio”, ya que éstas sostenían y resguardaban las hojas mencionadas con anterioridad; estaban cuidadosamente distribuidas para que cada una pudiera resaltar su belleza y su fealdad, para así proyectarse según la esencia indicaba.
La organización era extraña, sin embargo lógica; la hermosura se complementaba con lo grotesco, la alegría con lo apático, sólo de esa manera pudo lograrse la armonía que irradiaba el árbol. Después de todo, su esencia está formada a base de cambios y así logra su crecimiento.
Ahora que las ramas están desnudas, ellas y el árbol mismo han perdido todo sentido. Dejaron de ser...
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