10/10/09

De todo y de nada... Capítulo I - Ciclos

Desde hace algunos días que no escribo algo sustancioso en este espacio, si, puse unos escritos antiguos, también le escribí unas introducciones a unas frases y a material que subo para compartirlo contigo, pero lo que se dice escribir, no lo he hecho desde hace unos días, y justamente hoy pensaba en qué tema me gustaría abordar, y fueron tantas las ideas que se me juntaban en la cabeza que decidí hacer este post de todo y de nada. A decir verdad aún no tengo una idea muy clara de cual va a ser el siguiente párrafo. Incluso estos que estás leyendo es una plática en voz alta conmigo mismo.

Para evitar la dispersión de ideas, imaginaré que mi cabeza es una tombola -como esas de la lotería- y la primera idea que salga la escribiré en 2 ó 3 parrafos, a ver que sucede, va a estar bien divertido releer esto.

De Cerrar Ciclos

Wow! tema interesante, por qué pienso en esto? supongo que el motivo principal es mi regreso a la universidad para concluir un proceso que inicié hace 10 años y dejé pendiente por una u otra razón (flojera, desidia, frustración hacia la carrera, sentir que dejó de ser necesario, en fin, el motivo que se te ocurra ponlo aquí:__________).

Desde hace muchos años, hablo y digo mucho sobre cerrar ciclos, no dejar pendientes, etcétera; sin embargo fue hasta hace un año y 1 ó 2 meses que realmente comencé a practicarlo en mi vida. Un proceso intenso que conllevó una retrospección hacia mis sueños, metas y anhelos originales, pensar en qué comencé a hacer para cumplirlos y lo más importante, qué dejé de hacer, en qué momento y porqué. Tal vez en este punto todo se lea confuso, pero créeme, siento que este puede ser un excelente punto de partida para todo tipo de ciclos inconclusos.

Por ejemplo, cuando hace 10 años, tomé la decisión de estudiar periodismo, tenía el anhelo de trabajar en medios de comunicación, reivindicarme como estudiante, y un sin fin de cosas que me motivaban a seguir adelante y así lo hice. Con el paso del tiempo, digamos en la recta final, esos anhelos decayeron y entre tantas cosas que sucedieron, terminé la carrera sin titularme. Años después, 4.5 para ser más preciso, al momento de atravezar por una era de cerrar círculos, retomo lo que dejé pendiente. El nivel de satisfacción que se siente es casi indescriptible.

Y lo anterior no es lo único en lo que se cierran ciclos. En relaciones interpersonales es básico cerrar círculos, de lo contrario, pareciera que la sombra de todo lo que fue te acecha, te atormenta, consume rápidamente toda tu tranquilidad. Ya sea después de una relación amorosa, de 2 meses o 7 años o más, o bien la pérdida de un familiar o alguien a quien consideras como tal...

Nuevamente voy a los ejemplos a partir de mi vida.

1. La pérdida de un familiar

El 7 de mayo del 2001 falleció mi padre, murió lejos de mi, en Los Ángeles. Antes de seguir, un poco de contexto... Cuando yo tenía apenas 9 años, si no mal recuerdo, por distintos motivos -problemas con mi madre, manipulación por parte de su hermano, mmmm, problemas con mi madre- él decidió irse a vivir a la ciudad de Tijuana. En aquel entonces ante su abrupta partida, nos dejó aquí con un sin fín de problemas económicos, mismos que yo no comprendía por mi edad. Ya estando en Tijuana, nos escribíamos todas las semanas, y cada carta contenía varias promesas (hacia mí) de todo tipo; de un futuro regreso, de un futuro viaje de ida, de esto, lo otro y aquello.

Fueron pasando las semanas, los meses y la cartas comenzaban a ser desalentadoras y más realistas. Poco a poco me di cuenta de que esao promesas eran sólo letras, palabras que llenaban el espacio de una hoja. Con esto, al paso de los años la imágen de mi padre fue desvirtuándose hasta llegar a ser una cuenta bancaria y nada más, sí, que cuando necesitaba dinero le llamaba y al día siguiente ya tenía la cantidad en mi cuenta. Pero eso era todo. De la persona que me enseñó a jugar ajedrez, de la persona que me traía una sorpresa cada vez que regresaba del trabajo, de la persona con la que escuchaba la radio mientras ibamos en el carro, ya casi no sabía nada, había desaparecido para mí desde hace ya muchos años.

En 1998 finalmente cumple su primer promesa, y me lleva con él a Tijuana, tres semanas, mismas que sirvieron para darme cuenta de que dicha persona aún estaba por ahí, sin embargo no estaba del todo convencido, supongo que a razón de cierto, resentimiento podría ser la palabra?, posiblemente, pero un resentimiento que yo mismo no identificaba como tal en aquel momento.

Dos años después, diciembre del 2000, adelanta un viaje a la ciudad un año, y cuando llega nos informa de su enfermedad, cáncer pulmonar, (en cierto sentido mi madre, hermana y yo ya la veíamos venir) esa última navidad, ese último año nuevo sirvió para que él y yo nos reconectáramos como padre e hijo, una vez más jugamos ajedrez, una vez más me complacía sorprendentemente, y compartimos tantas cosas que jamás hicimos antes, tomar un par de copas escuchando música, hablamos de mujeres, hablábamos de escritura, me dijo las palabras que antes no me dijo. Le dije las palabras que antes no le dije, y al momento de su muerte, sé que él se fue en paz y yo quedé en paz. Comprendí que es un humano, tal vez con más defectos que virtudes, pero... Qué virtud puede ser más grande que darte cuenta de tus errores y, al menos, hacer el intento por rectificarlos. Cerré ese ciclo que tuve pendiente con él desde hace tanto tiempo.

Antes utilizaba la palabra perdón, pero no ahora, prefiero utilizar comprensión y admiración por el valor de intentar, erroneamente pensando que tal vez era demasiado tarde (nunca es tan tarde) recuperar auqello que se perdió hace tanto tiempo.

(Pa' se que estás escuchando mis pensamientos al momento en que escribo esto. Te amo)

Bien, pues con eso termino la parte de la pérdida familiar

2. El final de una relación amorosa

Fiuf! esta parte también va a estar interesante... Va el contexto rápido. En el 2004 conocí a quien fue mi pareja durante 4 años. Como la mayoría de las relaciones todo comenzó pocamadre, tanto que al año y medio de ser novios decidimos vivir en unión libre. Y por un mometo fue bueno, pero con el paso del tiempo la relación se deterioró, ella comenzó a utilizar chantajes, celos, violencia psicológica, por consecuencia uno va cayendo en el "juego" y yo comienzo a mostrarme distante, violento (aclaro, sin pegarle a ella, pero pobrecitas puertas si hice un par de boquetes) y todo terminó, muy violentamente, por una infidelidad de su parte.

En todo esto, por supuesto vino una serie de etapas de duelo, depresión, ira hacia mí mismo, cuestionamientos de "qué hice mal?" y claro el echarme toda la culpa a mi mismo (eso no está bien, pero bueno, me pasó) y claro, una inmensa nostalgia.

Por esta misma nostalgia es que (y muchos me tacharon de pendejo por esto) regresé con ella un par de meses después. Sólo duramos una semana y se acabó de nuevo, pero fue distinto, porque en esa semana se cerró un círculo, en esa semana fuimos por útlima vez al super juntos, sacamos a pasear a nuestro perros por última vez juntos, pasamos una última noche juntos, platicamos, la escuché, me escucho, nos dijimos buenos días por última vez. Y bueno, a final de cuentas no funcionó, sin embargo se cerró el ciclo. después de esa vez dejó de hacerme falta y yo dejé de estar deprimido, y pude seguir adelante, y me pude demostrar mucho a mí mismo.

No digo que cada vez que uno termine con su "acá" la mejor forma para quedar en paz es regresando por una semana, NO, por favor, la situación se presentó ante mí de esa manera, pero si insisto en la importancia de cerrar ciclos para estar bien con uno mismo.

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Pero bien, El Creepy Chupacabras se retira a su refugio a prepararse un trago coqueto y en breve, escribiré el capítulo II.

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