Hay quien ama y quien es amado, y son dos universos distintos. El que es amado no suele servir sino para despertar una inmensa fuerza de amor que estaba dormida hasta entonces en el fondo del corazón del que ama. En general, el que ama es consciente de ello. Sabe que su amor siempre será solitario... Por eso la mayoría de nosotros prefiere amar más bien que ser amado. Pues la estricta verdad es que, de una manera profundamente secreta, para la mayoría de nosotros ser amados es insoportable. El que es amado tiene todos los motivos para temer y odiar al que le ama. Ya que el que ama está tan hambriento del más mínimo contacto con el objeto de su amor que no para hasta que lo ha dejado desnudo, así deba no encontrar en ello más que dolor...
La balada del café triste (Carson McCullers)
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